Las brañas
Introducción
por Ástur Paredes
Resumen
Las características bioclimáticas y topográficas de Asturias favorecieron, desde la Prehistoria, el desarrollo y el aprovechamiento ganadero de los pastos de altura. Con el nombre de brañas, mayaes, vegues, alzadas, puertos, invernales… se designa un complejo universo cultural que tiene como objetivo la explotación, a través de la ganadería, de un nicho ecológico comprendido entre la media y alta montaña. Situados entre los 700 y los 1.800 m de altitud, aproximadamente, estos asentamientos son habitados de forma estacional, trasladándose allí brañeiros, pastores y vaqueros con sus ganados, para aprovechar los recursos de pastos que ofrecen dichos espacios.
Estos recursos y especialmente las condiciones climáticas marcarán los tiempos de estancia en cada asentamiento, de manera que son frecuentes los enclaves complementarios, a diferente nivel topográfico, que permiten un aprovechamiento altitudinal optimizando los rendimientos del territorio. Así, en una situación ideal, un pueblo de referencia dispondría de una braña de altura para los meses estivales; una braña media para la primavera y el otoño; y una invernal, próxima al pueblo, para la estación fría.
As Cortes d’Abredo (Eilao)
por Ástur Paredes
Resumen
Braña situada en las estribaciones de A Serra (Sierra de San Isidro), en su ladera oriental, en la ribera izquierda del Navia y perteneciente a Xíu. Este lugar contó con 30 caserías distribuidas en pequeños barrios: A Llomba, Os Salgueiros, El Vao, Os Canteiros, Xanxuyán y As Penas, cuyos vecinos se constituyeron en Parroquia Rural en 1988, siendo los primeros en Asturias. As Cortes d’Abredo es una braña baja, sobre los 775 m de altitud, por lo que su aprovechamiento, si las condiciones climáticas lo permitían, se prolongaba gran parte del año, disponiendo de un camino carretero de acceso de 3,25 Km desde el barrio de As Penas.
La función principal de la braña era la crianza de ganado menudo, principalmente ovejas y en menor medida cabras, que no se mecían (ordeñaban) sino que los corderos y cabritos eran destinados a la venta. El aprovechamiento de este espacio era múltiple pues incluía también unas 7,6 Ha de prados de siega cercados de muro donde, además de la producción de hierba para el invierno, tras la siega, entraba a pastar el ganado vacuno. En su entorno, en zonas de monte bravo, se sembraba trigo (y antiguamente también escanda) por el sistema de cavar rozas: se acotaba el terreno, se desbrozaba y tras cavarlo con eixadas (una especie de azada estrecha y larga) se quemaba la materia vegetal utilizando la ceniza como abono. Estas tierras podían utilizarse dos años o más dependiendo del abono. En Abredo también se sembraron tierras de patatas a juzgar por el topónimo Os Pataqueiros, vinculado hoy a un amplio prado de 0,75 Ha. Otra actividad importante en el entorno de la braña, en otoño, era la obtención de ganzo (brezos, aulaga) que se utilizaba para cama del ganado y para la producción de cuito, fundamental para el abono de tierras y prados. Esta explotación tradicional del espacio se vio truncada por la irrupción de «La Forestal» (Administración Forestal del Estado y posteriormente Icona), que en la década de 1960 realizó plantaciones masivas de pino en los montes de la zona, provocando finalmente el abandono parcial de la braña.
El pastoreo de los rebaños estaba por lo general a cargo de los niños. No había vecería, sino que cada casa atendía su ganado. Los pigureiros (pastores) subían al alba a la braña y conducían el rebaño —20 ó 30 ovejas por familia y algunas cabras— a las zonas de pasto y así hasta el atardecer en que, tras hacer recuento del rebaño y guardarlo en las cortes, bajaban nuevamente al pueblo. Eventualmente, por acuerdos o ayuda mutua, un pigureiro podía pastorear el ganado de dos o tres casas. Las vacas se subían a la braña más tarde, a partir de septiembre, a pacer los prados una vez segados y recrecida la hierba de otoño.
La braña agrupa 19 construcciones muy sencillas: de planta rectangular, con cerramientos de mampostería pizarrosa en seco y cubiertas de llouxa (losas de pizarra) a dos aguas, existiendo algunas más complejas en que este módulo básico aparece multiplicado por adosamiento. Son de reseñar, además, los cerramientos de las fincas que, utilizando siempre la piedra como materia prima, ofrecen soluciones muy variadas: de banzos, de parede y mixtas. Hoy muchas de estas construcciones están en ruina y la braña abandonada.
Braña El Candal (Allande)
por Ástur Paredes
Resumen
Braña situada en el extremo suroccidental del concejo de Allande, en la cabecera del Valledor a una altitud media de 880 m. Está integrada en terrenos del Monte de Utilidad Pública nº 316 «Sierras del Valledor, Valvaler y Otras» con un total de pastos potenciales de más de 3.000 Ha, y cuenta con un conjunto de prados de siega de titularidad privada de unas 5,6 Ha. La braña está bien abastecida de agua pues un regueiro la atraviesa, El Río da Braña, tributario de El Río Iñaga —y en último término del Navia—, configurando dos espacios bien definidos: A Reigada, zona llana en su margen izquierda vinculada al río, y El Campo da Braña, zona de marcada pendiente en su margen derecha. La braña perteneció a los vecinos de Vilalaín y de Fonteta, en la parroquia de San Salvador del Valledor, que la usaron tradicionalmente hasta finales del siglo XX, cuando decayó su uso.
Cuando se descotaban los pastos, el 1 de junio, comenzaba la actividad en la braña. Las vacas se aveceiraban, es decir se reunían en un único rebaño que quedaba al cuidado de dos veceiros, uno de Vilalaín y otro de Fonteta, que atendían el ganado a lo largo de la jornada, frecuentando los pastizales altos de El Pozo, A Pumarega, Folgueira Rubia, A Burbia… Al atardecer acudían a un punto de encuentro donde el ganado era recogido por sus distintos propietarios y, tras el ordeño, pernoctaba en las respectivas cabanas de la braña. A la mañana siguiente, tras mocer (ordeñar) nuevamente, llevaban las vacas al encuentro de los veceiros que volvían a hacerse cargo del ganado hasta el final de la jornada, mientras los brañeiros bajaban al pueblo con la leche recolectada. La veceiría era rotatoria, correspondiendo cada día a una casa. Por contra, el ganado menudo —particularmente las ovejas, pues eran pocas las casas que tenían cabras— no se aveceiraba, sino que cada familia pastoreaba su rebaño, que solía ser de 40 a 60 ovejas, quedando al cargo del que hacía de pigureiro (pastor). A finales de septiembre las vacas se bajaban al pueblo, ocupando su lugar el ganado menudo que sólo en esa época entraba en la braña, permaneciendo en El Candal siempre que la climatología lo permitiese, hasta bien entrado el mes de noviembre. Con el excedente de la producción láctea se elaboraba mantequilla y los llamados quesos de fardela, queso semicurado de leche de vaca —el ganado menudo no se ordeñaba—, que se secaba al aire en las paneras. Se destinaba casi todo para el consumo propio.
El Candal contó con 20 cabañas, de las que aún permanecían en pie 18 en 1970, siendo tan sólo 4 en la actualidad las que no están tocadas por la ruina. Son construcciones compactas que cumplen la doble función de habitáculo para el brañeiro y corte o cuadra para los animales, siendo contadas las que disponían además de parreiro (henil), pues la hierba seca se almacenaba en billeiros (almiares) y posteriormente, en septiembre, se trasladaba al pueblo en los carros del país. Lo excepcional de la arquitectura de esta braña son los cerramientos de estructura mixta que muestran la mayoría de sus construcciones, pues constituyen una excepcionalidad en el panorama de la arquitectura tradicional asturiana. Los muros se levantan aquí con mampostería de piedra, en seco o con mortero de barro, intercalando entre tramo y tramo de mampostería gruesas vigas horizontales de roble de secciones considerables, disponiéndolas pareadas abarcando el grosor de la pared. Esta técnica constructiva, que tiene paralelos puntuales de menor entidad en otras brañas de la zona, nos plantea el interrogante, de momento sin respuesta, sobre el origen temporal y cultural de su implantación.
Braña Campel (Allande)
por Ástur Paredes
Resumen
Situada en el noroeste del concejo de Allande, en la parroquia de Santa Colomba, la Braña Campel pertenece al pueblo de Llaeces, distante 6,35 Km. Se trata de una braña baja, con altitud máxima de 870 m, que dispone de un conjunto de prados de siega de 6,96 Ha y un amplio espacio en abertal de pasto de diente y arbustivo que, además de sostener rebaños de cabras y ovejas pastoreados en vecera, aportaba rozo para la cama del ganado, produciendo abundante cuitu (estiércol, abono), material leñoso para alimentar el fuego y los hornos de pan, etc.
Permanecía en uso desde últimos de mayo o primeros de junio, hasta finales de septiembre, pudiendo prolongarse ligeramente la temporada si el tiempo era favorable. Ovejas, cabras y vacas manías (secas, que no producían leche) eran las especies animales que poblaban este espacio, pastando en la sierra durante el día y recogiéndose en las cabañas durante la noche. Quedaban al cuidado de una persona de cada casa que acudía a la braña de manera intermitente, excepto en época de siega en que se reunía allí prácticamente la totalidad de la familia. Terminada la hierba, a finales de julio o primeros de agosto, se almacenaba en varales (almiares) en la propia braña hasta que, finalmente, se transportaba al pueblo en los característicos carros del país.
La braña reúne un total de 13 construcciones dedicadas a cortes (cuadras) y cabanas (habitación del pastor), siendo la mayor parte construcciones que reúnen ambas funciones, incorporando además la corrada o espacio cerrado de muro ante la fachada principal.
Campel ofrece una imagen de gran atractivo estético, con su estructura alveolar de prados cercados de muros, sus llamativas mamposterías y cubiertas de pizarra… Pese a que fue ampliamente difundida al disponer de acceso rodado hasta sus inmediaciones, esto no contribuyó, sin embargo, a su conservación y su situación actual, con 9 de las 13 construcciones existentes en ruina parcial, es crítica.
Braña La Pornacal (Somiedu)
por Ástur Paredes
Resumen
Situada en el extremo suroeste del concejo de Somiedu, en la cabecera del valle del Pigüeña, sobre los 1.200 m de altitud, La Pornacal es una braña equinoccial de los vecinos de Vil.lar de Vildas. De morfología polinuclear disgregada, se distribuye en cuatro barrios: La Braña’l Cau, en el extremo noroeste de la braña; separada por el cauce de la torrentera de Las Cárcuvas, La Braña’l Medio; en el extremo este La Prida, cuyas cabañas se alinean a lo largo del camino que lleva a Braña Viecha; y a orillas del río Pigüeña, en su margen izquierda, La Braña’l Ríu. Sumaban en total al menos 47 cabanas —un buen número de ellas actualmente en ruina—, que se caracterizaban por sus altas cubiertas de teitu d’escoba, la mayor concentración de todo el concejo, lo que unido a su disposición agrupada convirtieron al conjunto en la braña más emblemática de Asturias, un verdadero icono del concepto de «braña».
Precisamente este valor icónico, junto con sus buenos accesos y su mantenimiento para uso ganadero fueron determinantes para que La Pornacal se incluyera en el «Proyecto LIFE de Recuperación Integrada y Sostenible de Brañas en el Parque Natural de Somiedo» (1994), proyecto que contó con importantes ayudas europeas y que bajo la dirección del antropólogo Adolfo García Martínez logró la rehabilitación integral de la braña. El resultado —pese a que nosotros pondríamos algún pequeño reparo como la estandarización de algunas soluciones en la factura de los sombraos, las puertas, la inclusión de teja nueva, cierta permisividad en el uso de materiales industriales en las cumbreras—, fue excelente y tuvo además la virtualidad de aunar a todo el mundo: vecinos y propietarios, Principado, Ayuntamiento… en algo que los que reivindicamos la cultura tradicional como valor de futuro veníamos reclamando hacía tiempo.
Pese a su altitud, dada su relativa proximidad a Vil.lar de Vildas, unos 3,5 Km, y la buena comunicación: una pista ahora y un amplio camino carretero tradicionalmente, la braña se mantenía en uso prácticamente durante todo el año, incluso en los meses centrales del invierno: arriba y abajo iban y venían los carros del país y las caballerías entre la braña y la aldea, con sus cargas de hierba, rozu, l.leña, cuitu, l.leite… el ganado se estabulaba en la braña durante la primavera y la seronda (otoño) e incluso buena parte del invierno. En esta época, cuando el ganado estaba arriba (siempre ganado vacuno), los brañeiros — mayoritariamente hombres— se desplazaban diariamente a la braña a despachar, sacar el ganado y llevarlo a los lugares de pasto, al agua… bajando a pernoctar al pueblo. A primeros de mayo, cuando mejoraba el tiempo y ya se subían las vacas paridas y los xatos, los brañeiros se mantenían arriba, siendo las mujeres las que subían al atardecer colaborando a muñir (ordeñar) y despachar el ganado y pernoctando en los cabaninos de la braña. Al día siguiente, tras realizar el ordeño de la mañana, los brañeiros conducían el ganado al monte, a los lugares de pasto, pues los prados de siega se reservaban para la cosecha de hierba, y las mujeres, recolectada la leche del día, bajaban con ello al pueblo para repetir el proceso al día siguiente. Este régimen se mantenía hasta San Antonio (13 de junio) en que el ganado se subía a las brañas estivales: Braña Viecha, Las Cereizales… donde el ganado permanecía hasta el día de Nuestra Señora (8 de septiembre), en que volvían a La Pornacal nuevamente a pasar el otoño, tiempo tras el cual comenzaba otro nuevo ciclo. En septiembre los pastos altos eran alquilados a los pastores de merinas.
Desde hace una década, pese a sus obvios valores y a formar parte del Parque Natural de Somiedu, Reserva de la Biosfera, etc. el abandono es creciente, La Pornacal pierde cabanas cada año y su futuro es incierto.
Braña Mumián (Somiedu)
por Ástur Paredes
Resumen
Situada en la vertiente sur de la Sierra del Coutu, en un alto rellano que se asoma al valle del río Somiedu, sobre los 1.400 m de altitud, Mumián es una braña equinoccial de los vecinos de El Coutu/ Coto de Buenamadre. De morfología polinuclear, se distribuye en una serie de barrios: La Cul.lada, La Esquisa, Las L.lábanas, La Duerna, El Canu, La Mata Viecha y La Veiga, ocupando una extensión de unas 16 Ha de prados de siega de propiedad particular, disponiendo además de un ingente espacio de pastizal y pasto arbustivo vinculado al MUP 007 «Bruscos, Mumián, Valdecuélabre y Sousas», donde se integra. Dichos pastizales dieron soporte, además de al ganado vacuno, a los rebaños de ovejas y cabras del pueblo que hasta la década de 1960 eran pastoreados por el sistema de vecera.
Mumián —o Momián, como se oye pronunciar en ocasiones—, presenta un parcelario alveolar, con multitud de prados de formas redondeadas cercados de muro, entre los que serpentean las carriles (caminos) y donde destacan los conjuntos de cabanas de teitu, las características construcciones rectangulares con sus empinadas cubiertas de escoba. Y anexo a cada cabana, el corral: un pequeño espacio acotado de prado de gran funcionalidad a la hora del manejo del ganado, el carro del país en tiempo de hierba y la caballería para el transporte. La braña disponía también de algunos equipamientos de uso colectivo: con abundancia de agua, contaba con las fuentes de La Duerna, L’Alberque y La Fonte’l Canu; y muy próximas a la braña: La Cul.lada Fondera, La Fonte los Sabugos y La Fonte Naveda; destacando entre los equipamientos las ol.leras, cavidades construidas en el entorno de una fuente, destinadas a mantener la leche fresca y facilitando el proceso posterior de desnatado.
Los brañeiros —mayoritariamente hombres, pero también mujeres jóvenes— subían a Mumián con el ganado vacuno a últimos de abril o primeros de mayo, por lo general uno de cada casa y mantenían una estancia itinerante, característica de las brañas de valle: subían al atardecer, reunían y atendían el ganado, muñían (ordeñaban) y pernoctaban en las cabañas de la braña. Al día siguiente, tras realizar el ordeño de la mañana, encerraban a los xatos (terneros) para dosificar la leche de sus madres, y conducían el ganado a los lugares de pasto, pues los prados de siega se reservaban para la cosecha de hierba. Recolectado el l.leite (la leche) del día, se bajaba al pueblo para repetir el proceso al día siguiente. Durante los meses centrales del verano, el ganado —a veces sólo las vacas escosas (secas)— se subía a Valdecuélabre, braña estival de El Coutu, permaneciendo allí hasta «el día de Nª Señora», el 8 de septiembre. Fecha a partir de la cual se bajaba nuevamente a Mumián, pues los prados ya segados a finales de junio, por San Pedro, se abrían para la pación de otoño, permaneciendo el ganado allí hasta su bajada definitiva al pueblo. Las vacas de leche solían hacerlo a primeros de octubre, mientras que las secas aguantaban más e incluso, si el tiempo era benigno, se mantenían en Mumián hasta que aparecían las primeras nieves.
La braña reúne 25 construcciones, de las que 19 eran cabanas de teitu, construcciones compactas de planta rectangular que se distribuyen en: corte para el ganado vacuno, cucina o cuartu d’abrañar, el espacio de habitación del vaquero; y pachar (henil) en el bajo cubierta. Lamentablemente muchas cabanas están en ruina en la actualidad. Los prados ya no se siegan y aunque algunos se abren al pasto, la vegetación arbustiva continúa inexorablemente ganando terreno. En 1995, Mumián fue una de las brañas incluidas en el «Proyecto LIFE de Recuperación Integrada y Sostenible de Brañas en el Parque Natural de Somiedo».
Braña de Canl.longo (Quirós)
por Ástur Paredes
Resumen
Situada en la vertiente suroriental del Cordal de Pena Sobia, en el concejo de Quirós, la Braña de Canl.longo era utilizada tradicionalmente por los vecinos de Cuañana. Conocida también como El puertu Cuañana, se trata de una braña alta, con una altitud media de 1.445 m, que dispone de un amplio espacio de pasto de diente en abertal que supera las 19 hectáreas. Se asienta en un paisaje cárstico con abundantes dolinas que incluyen una laguna y varios humedales de carácter estacional.
La subida del ganado se hacía escalonadamente a partir de abril, en compleja complementariedad con la Mortera de Cuañana, espacio dedicado tanto a pastos como a tierras de labor, que cumplía también la función de braña equinoccial. Primero se subían las caballerías y, dependiendo del clima, en mayo, podían subir las vacas escosas (que no dan leche). Posteriormente, cuando se acotaba la mortera el 1 de junio, se subían las vacas paridas con sus crías que hasta entonces habían ocupado aquel espacio. Los vaqueros se desplazaban diariamente a la braña al atardecer para cuidar y ordeñar el ganado, pernoctando en las cabañas. Tras el ordeño de la mañana, al día siguiente, bajaban de nuevo al pueblo con la leche recolectada, para repetir el ciclo diariamente durante todo el verano.
La braña reúne un total de 33 construcciones, que pueden agruparse tipológicamente en: vel.lares, de planta circular y cubierta en falsa bóveda, que se dedicaban a la estabulación de los terneros; las cabanas, pequeñas construcciones de planta rectangular que servían de habitáculo para el vaquero; y los cabanones, de planta subrectangular y asentadas en talud que albergaban ambas funciones: cuadra para el ganado y cabana para el vaquero, segregadas en altura. A éstas hay que añadir dos fuentes-abrevadero como equipamiento colectivo. En la actualidad, vacas y caballos siguen poblando la braña en los meses estivales, pero el cambio de orientación en las prácticas ganaderas hacia la producción cárnica hizo desaparecer gran parte de los usos del pastoreo tradicional. Pese a ello, cerca de la mitad de las construcciones de la braña aún presentan buen estado de conservación.
Braña Duernas (Quirós)
por Ástur Paredes
Resumen
Situada en la vertiente suroriental del Cordal de Pena Sobia, en el concejo de Quirós, la Braña Duernas era utilizada tradicionalmente por los vecinos de Val.lín. Se trata de una braña alta, con una altitud media de 1.342 m, que se asienta en pronunciada pendiente y dispone de un espacio de pasto de diente en abertal cercano a las 6 hectáreas.
La subida del ganado —vacas y algunas caballerías, pues aunque había vecera de ovejas y cabras ésta no estaba vinculada al espacio de la braña—, se producía antes que en otros lugares ya que la escasez de tierras de cultivo en el entorno de Val.lín limitaba la existencia de prados y por tanto ya en el mes de abril se subía a la braña. Eventualmente se daba la circunstancia de tener que volver a bajar el ganado durante algunos días ante una climatología adversa. Por las mismas causas, la estancia en la braña se prolongaba lo más posible, hasta finales de octubre o incluso se aguantaba arriba hasta que llegaban las primeras nieves.
La braña, aunque muy reducida, pues cuenta tan solo con ocho construcciones, tiene desde el punto de vista de la arquitectura gran interés por su variedad tipológica, que podemos clasificar en: vel.lares, de planta circular y cubierta en falsa bóveda, que se dedicaban a la estabulación de los terneros; las cabanas con vel.lar, pequeñas construcciones de planta subrectangular y cubierta de falsa bóveda que, asentadas en talud, se distribuyen en dos pisos y acogen el habitáculo para el vaquero arriba y la cuadra para los terneros en el piso inferior; y los cabanones, de planta rectangular y cubierta a un agua que albergaban igualmente ambas funciones: cuadra para el ganado y cabana para el vaquero, segregadas en altura. A éstas hay que añadir dos fuentes-abrevadero como equipamiento colectivo.
En la actualidad, el escaso ganado que frecuenta la braña de Duernas ya no procede de Val.lín sino de los lugares de Faedo y Fresneo. Todas las construcciones excepto una están fuera de uso y cuatro de las ocho existentes están derrumbadas o en proceso de ruina.
Braña Fonfría (Teberga)
por Ástur Paredes
Resumen
La Braña Fonfría está situada en el sureste del concejo de Teberga, muy próxima al límite con el de Somiedu y adyacente al Camín Real de La Mesa. Este hecho es relevante pues no en vano era esta la vía histórica principal de comunicación con la Meseta. Está integrada en el MUP nº 047 «La Granda» que cuenta con una superficie de pastizal de unas 408 Ha, por lo que el ganado disponía de un amplio territorio de pastos de titularidad pública. El uso y aprovechamiento de la braña pertenece básicamente a los vecinos de la parroquia de Santa María de Barriu, que incluye únicamente las aldeas de Barriu y Cuña. Aunque tenían también derecho a abrañar los de Riel.lu y Cuañana. Situada sobre los 1.400 m de altitud, es una braña estival. Las familias, que contaban con cabañadas de entre 15 y 25 vacas en los años 70, utilizaban la braña entre finales de mayo y mediados de octubre, complementando su estancia con la Braña de Carroceda, braña equinoccial de prados de siega situada sobre los 1.100 m de altitud. Se subían las vacas —excepto la pareja que permanecía en la aldea para el trabajo y el tiro—, y las caballerías, que eran la fuerza de transporte. Las ovejas, que se pastoreaban por el sistema de vecera, y las cabras fueron abundantes hasta la década de los 70, pero frecuentaban otros parajes como Poyares, Sobrepena o La Sedernia.
Fonfría —o Funfría como se oye en ocasiones—, es una campera de suaves relieves que abarca unas 5,6 Ha de pasto de diente, y reúne 33 construcciones ganaderas, muchas de ellas ya en ruina, incluyendo cabanones cubiertos a cuatro aguas con teitu d’escoba, de aprovechamiento mixto; cortes o cuadras para el ganado vacuno con cubierta a dos aguas de teja; y cabanas, construcciones de dimensiones reducidas, a dos aguas de cubierta mixta, que servían de habitación a los brañeiros. Los primeros, los cabanones, de los que aún se conservaban 18 en 1970, son la tipología genuina de la braña y exclusiva hasta el primer tercio del siglo XX, tal como se desprende del testimonio de Aurelio de Llano que cruzó por aquí hacia Somiedu en 1921, y no sería hasta entrado el siglo XX cuando se empiezan a introducir las cubiertas de teja. Los seis que se conservan en la actualidad —por más que haya cambiado su uso—, son en origen fiel reflejo del modelo más arcaico: de reducidas dimensiones, carentes de más huecos que la puerta y, además de la corte, alojan en el interior el espacio vividero del brañeiru.
Los brañeiros —practicamente en su totalidad varones— subían a Fonfría con el ganado vacuno a últimos de mayo, siempre uno de cada casa y mantenían una estancia itinerante característica de las brañas de valle: subían al atardecer, reunían y atendían el ganado, mucían (ordeñaban) y pernoctaban en las cabañas de la braña. Al día siguiente, tras realizar el ordeño de la mañana, encerraban a los xatos (terneros) para dosificar la leche de sus madres, y conducían el ganado a los lugares de pasto. Recolectada la leche de la jornada, se bajaba al pueblo para repetir el proceso al día siguiente. Este régimen de estancia se mantenía hasta octubre, siendo el día 14 de este mes, día de la fiesta de Nuestra Señora en Barriu, una frontera que marcaba el descenso del ganado. Este se bajaba primero a la Braña Carroceda, braña equinoccial, y dependiendo de la climatología finalmente a las aldeas.
En la actualidad la braña —que está integrada en el Parque Natural Las Ubiñas La Mesa—, con agua y pista en buen estado, se mantiene en uso. Once construcciones de las 33 originales se conservan en buen estado y al menos ocho vaqueros continúan llevando su ganado a Fonfría.
Braña’l Rebel.lón (Teberga)
por Ástur Paredes
Resumen
La Braña’l Rebel.lón se sitúa en el noroccidente del concejo de Teberga, sobre el valle del río Valdecarzana, a 1.150 m de altitud. Próxima al cordal de La Mesa, en su vertiente oriental, está integrada en el MUP 060 «La Degollada, Chamaraxil, Los Granzos y otros» que cuenta con 912,53 Ha, disponiendo de un amplio territorio de pastos de titularidad pública, y contando además con unas 8,6 Ha de prados de siega de propiedad privada, vinculados al espacio de la braña.
De morfología polinuclear, la braña se distribuye básicamente en dos asentamientos: La Parada la Torre y La Parada de Vil.lanueva, lugares de procedencia de los brañeiros que históricamente explotaron este espacio y que siguen subiendo ganado en la actualidad —en torno a 400 vacas y 80 caballos— aunque el régimen de manejo poco tiene que ver con los usos tradicionales.
En la actualidad, se conservan en la braña 37 construcciones dedicadas respectivamente a cabanas, que albergaban el espacio de habitación de los vaqueros durante su estancia en la braña, disponiendo además de la corripa o cuadra para el ganado porcino; cabanones o construcciones con función de cuadra y pajar que conservan la antigua cubierta vegetal de teitu d’escoba; y cortes como denominan a las construcciones dedicadas a la misma función, es decir a cuadra y pajar, pero que, más modernas, ya incorporan cubiertas de teja curva. La braña es pues muy interesante por la variedad tipológica de sus construcciones, destacando entre ellas la existencia de un cabanón de planta circular —uno de los tres que hubo en la braña y de los pocos que se conservan en el concejo de Teberga— y cubierta cónica de escoba. Además de estas construcciones existen dos fuentes abrevadero, una en cada Parada, que constituyen el único equipamiento de carácter colectivo.
Los brañeiros —casi exclusivamente varones— subían tempranamente a El Rebel.lón: a primeros de marzo más de treinta vaqueros subían ya con las vacas escosas (secas, que no dan leche), a lo que podía sumarse una de leche para el propio consumo. En esta época aún no se pernoctaba en la braña, bajando diariamente a dormir al pueblo. Más tarde, a últimos de abril o primeros de mayo en que se subían ya las vacas veyadas (de leche, con cría) y el resto del ganado —excepción hecha de las vacas de xugu que se reservaban para el trabajo—, comenzaba el régimen de estancia itinerante que caracteriza el uso de las brañas bajas: subían al atardecer, reunían el ganado, mucían (ordeñaban) y pernoctaban en las cabañas de la braña. Al día siguiente, tras realizar el ordeño de la mañana, encerraban a los xatos (terneros) en los corrales con el fin de dosificar la leche de sus madres, y conducían el ganado a los lugares de pasto, pues los prados de siega se reservaban para la cosecha de hierba. Recolectada la leche del día en las caramañolas, se bajaba al pueblo para repetir el proceso al día siguiente. Además de para el consumo familiar, la leche se destinaba a la producción de manteiga (mantequilla) que se vendía semanalmente en el mercado dominical de La Plaza. En el mes de junio se subían también a la braña las cerdas parideras, mientras los caballos se mantenían en el monte prácticamente todo el año.
De forma inversa el ganado iba descendiendo al pueblo, hasta que por último las vacas escosas se estabulaban abajo a primeros de noviembre, tiempo que se podía prolongar si el clima era benigno. Además del ganado, de la siega de la hierba a primeros de julio y su recolección en los heniles de la braña, era común sembrar huertos más o menos extensos de patatas y algo de berza.
Braña Las Cadenas (Teberga)
por Ástur Paredes
Resumen
Situada en el extremo sureste del concejo de Teberga, en las cercanías del Puertu Ventana, la braña Las Cadenas era utilizada tradicionalmente por los vecinos de Parmu y La Vil.la de Su. Se trata de una braña alta, situada sobre los 1.290 m de altitud, que dispone de un espacio de pasto de diente en abertal de poco más de tres hectáreas.
Habitada solamente durante los meses del verano, los brañeiros se desplazaban diariamente a la braña al atardecer para cuidar y ordeñar el ganado —solamente vacas— pernoctando en las cabañas. Tras el ordeño de la mañana, al día siguiente, bajaban de nuevo al pueblo con la leche recolectada que, además de para el consumo familiar, era transformada en mantequilla para su venta, primero en los mercados locales y posteriormente a las desnatadoras de la zona.
La braña reúne un total de 15 construcciones, algunas de ellas en ruina —siete— y la mayoría en deficiente estado de conservación. Tipológicamente responden a dos modelos: los corros, de planta circular y cubierta en falsa bóveda, que se dedicaban a la estabulación de los terneros para separarlos de sus madres, administrando de este modo el consumo de leche; y los cabanones, construcciones de planta rectangular y cubierta a dos aguas dedicadas a cuadra y habitáculo para el vaquero. A éstas hay que añadir una fuente-abrevadero, única construcción de uso colectivo.
En la actualidad, la braña es administrada por la Junta Vecinal de la Parroquia Rural de Páramo. Las vacas siguen poblando la braña en los meses estivales, pero el cambio de orientación en las prácticas ganaderas hacia la producción cárnica hizo desaparecer gran parte de los usos del pastoreo tradicional.
Con buen acceso a través de una amplia pista forestal (de uso restringido para vehículos), Las Cadenas está enclavada en un paisaje de gran belleza, rodeada por un bosque de hayas de las que en la braña existen algunos ejemplares de gran porte.
Braña Las Navariegas (Teberga)
por Ástur Paredes
Resumen
Situada al pie de la Cordillera, en el extremo sur del concejo de Teberga, Las Navariegas es una braña alta, de uso estival, con una altitud media de 1.593 m. Utilizada tradicionalmente por los vecinos de La Foceicha, cuenta con un espacio de pasto de diente en abertal de 11,655 hectáreas, administrado por una Xunta Vecinal. La braña está integrada en el M.U.P nº 51 «Navaliegos y La Ferraidiña».
La subida del ganado, vacas y algunas caballerías, tenía lugar a finales de mayo, permaneciendo en la braña hasta finales de septiembre. Los vaqueros subían diariamente a la braña para ordeñar y atender el ganado, pernoctando en las cabañas y bajando al día siguiente con la leche recolectada. La elaboración de mantequilla, que era vendida a las «desnatadoras» de la zona, era en principio una fuente de ingresos y, posteriormente, la venta directa de la leche a distintas empresas.
Cuando el ganado del pueblo descendía, la braña era alquilada a un pastor que brañaba en Torrestío y que mantenía un amplio rebaño de ovejas por un período variable, de dos a cuatro semanas, dependiendo de la climatología. Esta situación era vista como muy ventajosa, pues el ganado menudo pisaba el terreno y dejaba su abono que calaba con las primeras nieves.
La braña reúne un total de 21 construcciones, que pueden agruparse tipológicamente en: corros, de planta circular y cubierta en falsa bóveda, que se dedicaban a la estabulación de los terneros; y los cabanones, de planta rectangular, asentadas en talud y con cubierta a dos aguas que albergaban ambas funciones: cuadra para el ganado vacuno y cabana para el vaquero. A éstas hay que añadir una fuente-abrevadero como único equipamiento colectivo.
En la actualidad, vacas y caballos siguen poblando la braña en los meses estivales, pero ya no pertenecen a los vecinos sino que los pastos son subastados por la Xunta Vecinal. El cambio de orientación en las prácticas ganaderas hacia la producción cárnica hizo desaparecer gran parte de los usos del pastoreo tradicional y las construcciones han perdido su funcionalidad. 16 de las 21 construcciones de la braña están en ruina o en deficiente estado de conservación, por lo que el futuro de esta braña, situada en un entorno de gran belleza, es crítico.
Mayada Cerréu (Casu)
por Ástur Paredes
Resumen
La mayada Cerréu se localiza en el sureste del concejo de Casu, en la parroquia de Tarna, y era utilizada tradicionalmente por los vaqueros de Bezanes y La Foz. Es una braña alta, de uso estival, con una altitud media de 1.378 m y una superficie de 12,24 Ha de pastizal y pasto arbustivo en abertal.
A mediados de mayo se subían las vacas junto con algunas caballerías y un poco más tarde, a primeros de junio, se subían las cabras, que se pastoreaban por el sistema de vecería. Además, cerdos e incluso gallinas se criaban en la braña durante los meses centrales del verano, para los que se habilitaban cuerrios o pequeños cercados en el entorno de las cabañas. El ganado permanecía en la mayada hasta San Miguel de septiembre, en que se descendía a las brañas equinocciales o primariegas: La Fumiosa, El Campón, L’Ablanosa… asentamientos con prados de siega situados a menor altitud, donde había caseríes (cuadras grandes con henil) y cabañas en las que, dependiendo de la climatología, el ganado podía permanecer hasta su estabulación invernal en los pueblos o en su entorno inmediato.
La braña reúne un total de 16 construcciones dedicadas a corripios (cuadras para los terneros) y cabañes (habitación del pastor), además de dos fuentes como equipamiento colectivo: La Fuente Cerréu, fuente-abrevadero situada en la propia braña, construida en 1969, y La Fuente les Collaes, en el inicio de la senda tradicional hacia Bezanes. A estas construcciones deberíamos sumar otras como los cuerrios para el ganado menudo y les becerreres para los xatos, construcciones que con frecuencia eran elaboradas en materia vegetal y de las que no se aprecian restos materiales.
Situada en un entorno de gran belleza, Cerréu se integra en el Parque Natural de Redes, declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO (2001). La mayada aún conserva actividad ganadera, aunque los cambios en la orientación productiva contribuyeron al abandono de las construcciones y en la actualidad 12 de las 16 existentes están en ruina, lo que aboca a este espacio a convertirse en un breve futuro en «ruina arqueológica».
Mayada La Fumiosa (Casu)
por Ástur Paredes
Resumen
Mayada situada en la vertiente suroriental de la Sierra de Fuentes, en la parroquia de Tarna, en el sureste del concejo de Caso. Utilizada tradicionalmente por los vecinos de La Foz y Bezanes, tiene una altitud media de 1.198 m y cuenta con 13,5 hectáreas de pasto de diente y prados de siega.
Vacas y algunas caballerías habitaban la braña a partir de mediados de mayo, permaneciendo hasta octubre, según las condiciones climáticas, cuando el ganado se bajaba a las brañas equinocciales de L’Ablanosa o El Campón situadas a menor altitud. Aquí había prados de siega y caseríes —cuadras grandes con heniles— y el ganado se mantenía hasta que llegaban las nieves y se envernaba, se estabulaba, en los pueblos de origen. Además de estas especies, los cerdos frecuentaban la braña durante los meses centrales del verano.
Como es común en las brañas de valle, los vaqueros se desplazaban al atardecer diariamente a la braña desde sus pueblos de origen y tras reunir y ordeñar el ganado pernoctaban en las cabañas. A la mañana siguiente, se atendía el ganado, se separaban las crías de sus madres y se volvía a ordeñar para bajar al pueblo con la leche recolectada. Para evitar estos viajes continuos, a veces se practicaba l’interiu: los vaqueros bajaban por turnos con la leche de los otros.
La mayada reúne un total de 11 construcciones, que pueden agruparse tipológicamente en: cabañes, de planta rectangular y cubierta a dos aguas, constituían el habitáculo del vaquero durante su estancia en la braña; corripios o cortixos pequeñas construcciones semejantes a las anteriores pero diferentes funcionalmente pues se dedicaban a la estabulación de los terneros; y caseríes, de planta rectangular y mayor volumen, que se distribuyen en dos alturas albergando la tenada o henil en el bajo cubierta y la cuadra en la planta inferior. A éstas debemos sumar una fuente-abrevadero como equipamiento colectivo.
En la actualidad, tan solo una familia de La Foz sigue subiendo ganado a La Fumiosa. Los antiguos espacios de pradería apenas son perceptibles invadidos por los helechos y las construcciones perdieron su funcionalidad: ocho de las once existentes están derribadas o en proceso de ruina.
Piedrafita, Sobrecastiellu (Casu)
por Ástur Paredes
Resumen
Braña situada en el límite oriental del concejo de Casu, en la ladera suroeste del Tiatordos, en un rellano sobre el río Pendones a 1.465 m de altitud. Hay que señalar su inclusión en la parroquia de Sobrecastiellu, pues otra mayada próxima denominada también Piedrafita pertenece a la parroquia de Orllé. De propiedad pública, Piedrafita de Sobrecastiellu está integrada en el MUP nº 201 «El Cordal», deslindado en la actualidad, que forma parte del Parque Natural de Redes. Su uso perteneció tradicionalmente a los vecinos de La Foz, localidad situada a 6,18 Km, a orillas del Ríu Nalón.
A finales de abril o primeros de mayo, los vaqueros de La Foz subían con el ganado vacuno a las brañas equinocciales de El Juacu —topónimo que conserva seguramente una «h» aspirada— y Bormafoyu. Las vacadas eran grandes, de entre 20 y 30 vacas por familia (década de 1970), dejando algunos animales abajo para el consumo diario de leche y la pareja de tiro para el trabajo. A finales de junio, por San Xuan, algunas familias llevaban su ganado a Piedrafita, la mayada alta, mientras otros permanecían el resto del verano en Bormafoyu.
Por lo general sólo un miembro de cada casa subía de vaquero a amayadar (majadear) a Piedrafita —casi siempre varones— y pese a tratarse de una braña alta, a casi 800 metros de desnivel respecto al pueblo, mantenían una estancia itinerante, característica de las brañas bajas: subían al atardecer, reunían y atendían el ganado, mecíen (ordeñaban) y pernoctaban en las cabañas de la braña. Al día siguiente, tras realizar el ordeño de la mañana, encerraban a los xatos (terneros) para evitar que consumieran demasiada leche de las madres, y conducían el ganado a los lugares de pasto. Recolectada la leche de la jornada en los odres, se bajaba al pueblo andando o en caballerías para repetir el proceso al día siguiente. Eventualmente podían permanecer arriba por más días, turnándose con otros vaqueros para el transporte de la leche, producto fundamental tanto para el consumo como para la producción de mantequilla. Además de cuidar el ganado, algunos vaqueros se dedicaban a la fabricación de madreñas. Los cerdos también se subían en los meses centrales del verano a Piedrafita, no así las ovejas y las cabras, que se pastoreaban en dos veceras independientes y frecuentaban otros lugares, como Capiella. Con la llegada de octubre, las vacas de leche se bajaban al pueblo con sus crías, manteniendo aún en la majada las vacas secas, que eran visitadas periódicamente por los vaqueros, pudiendo permanecer allí finalmente hasta que llegaban las primeras nieves.
Piedrafita es una braña de proporciones muy limitadas que apenas dispone de una hectárea de campera, a lo que sumaríamos otras tres de pasto arbustivo. En consecuencia, el número de construcciones se reduce a diez, que se reparten entre cabañas para habitación de los vaqueros y corripios para guarecer los xatos (terneros), existiendo algunas construcciones compactas que integraban ambas funciones. En la actualidad las vacas siguen poblando en el verano Piedrafita, aunque la orientación hacia la cría de terneros ya no hace necesaria la estancia de los vaqueros en la braña, por lo que las cabañas, perdida su función, van poco a poco camino de la ruina.
Melordaña (Casu)
por Ástur Paredes
Resumen
Melordaña es una mayada baja situada en la cabecera del Ríu Orllé, en la ladera suroeste del cordal de Valloseru, hacia el extremo oriental del concejo de Casu, muy cerca ya del límite con el de Ponga. Dispone de una superficie de pastizal de diente de 6,63 Ha situada sobre los 1.250 m de altitud, a la que se vincula un amplio espacio de más de 20 Ha de pasto arbustivo y arbolado. Está integrada en el M.U.P. nº 219 «Puropinto y Fresnedal» y es propiedad del pueblo de Orllé.
Orllé, único lugar de su parroquia, llegó a tener 60 casas habitadas y es pueblo de gran tradición ganadera, expresada en una sentencia muy conocida en la zona: «Equí o zurrón o maleta» (o dedicarse al pastoreo o emigrar). Aunque actualmente el vacuno es casi exclusivo, existe aún una ganadería de cabras y éstas y los rebaños de ovejas fueron comunes en casi todas las casas hasta al menos la década de 1960. Las ovejas se pastoreaban en vecera (aquí, un día de pastoreo por cada cuatro animales), convocándolas al amanecer al toque de bígaru (caracola marina). No obstante el vacuno, compuesto por casinas (asturiana de la montaña) y ratinas (pardo alpinas), era el primordial pues era el único que se mecía (ordeñaba) tanto para el consumo familiar como para la elaboración de mantega y la producción de quesu casín, que se comercializaban a través de intermediarios, principalmente en el mercado de L’Infiestu. En este contexto, los desplazamientos con el ganado para optimizar el aprovechamiento de los recursos de pastos eran constantes: en marzo a les caseríes de L’Acebal, Conforcos, Robléu, Fresnedal… —casería es un conjunto formado por la cabaña del vaquero y la cuadra con henil, vinculados a prados de siega—, que funcionaban como braña equinoccial. En mayo a Melordaña, que era mayada baja, y a partir de San Xuan a las mayadas altas durante los meses centrales del verano: Valloseru, Braniella, Campigüeños, Piedrafita… para invertir el itinerario escalonadamente al final del verano, al ritmo que marcaba la meteorología. Y aún en el invierno, algunos llevaban —y siguen llevando— sus ganados a «la marina» (Siero, Gijón, Villaviciosa), quizá eco del antiguo privilegio real del que gozaron históricamente los ganaderos casinos, transmutado posteriormente en época moderna en acuerdos entre Ayuntamientos.
Melordaña cuenta con 20 construcciones ganaderas dedicadas a cabañas para habitáculo de los vaqueros y corripios para cobijo de los xatos (terneros), además de algunos anexos: cuerries y corrales (rediles) para el manejo del ganado. Son construcciones de dimensiones limitadas, planta rectangular y cerramientos de mampostería de piedra en seco, con cubiertas de gruesas llábanes (losas) de arenisca resueltas a doble vertiente. Cuenta también con un bebederu (fuente-abrevadero) como equipamiento de uso colectivo. En la actualidad, aunque el vacuno sigue poblando la mayada, sólo tres de las construcciones mantienen un uso ocasional para cobijar el ganado, estando el resto abandonadas y muchas de ellas en proceso de ruina.
Vega L.lago (Ayer)
por Ástur Paredes
Resumen
Vega L.lago está situada en el concejo de Ayer, en una pequeña sierra que corona El Picu Curriel.los y se extiende de este a oeste separando las cuencas del río Ayer, al norte, y el río Nigru, al sur. La Vega reúne un amplio conjunto de fincas particulares dedicadas a prados de siega, con cuadras y cabañas de uso ganadero, que alcanza casi las 26 Ha y se sitúa a una altitud media de unos 950 m. Su nombre se debe a la existencia en el lugar de una pequeña laguna estacional, L.lagonar, que se mantiene prácticamente todo el año. Está enclavada en el Monte de Utilidad Pública nº 185, «Guariza» y cuenta en la actualidad con acceso rodado a través de una pista, tanto desde Piñeres en el valle del Ayer, como desde Murias en el valle del río Nigru.
La particularidad de este espacio viene definida por el uso y manejo de sus recursos que, pese a tratarse de prados de titularidad privada de particulares de las parroquias de Piñeres y Nembra, fundamentalmente, se rige de forma tradicional por estrictas normas de carácter comunitario. Éstas se enmarcan en una serie de ordenanzas y reglamentos semejantes existentes en el concejo de Ayer, como las de El Permu, en Vil.lar de Casomera; las de La Vega la Guarda, en Nembra; o las de La Corrá de Riomiera en Col.lanzo.
Las normas que rigen el funcionamiento de Vega L.lago, fijadas por escrito al menos desde 1885, fueron renovadas en 1961 para permitir el acceso de las caballerías a los pastos de La Vega. De acuerdo con éstas, el acceso del ganado de los comuñeros (propietarios) a los pastos era muy restrictivo, pues los prados se cotaban para la producción de heno una buena parte del año. Así, el ganado no podía entrar en terrenos de La Vega a partir del 28 de febrero, fecha en que quedaba acotada hasta el 15 de julio, cuando comenzaba la temporada de hierba. El tiempo para segar estaba estipulado igualmente y debía producirse entre el 15 y el 25 de dicho mes, bajo sanción de perder los derechos de pacida. La rigurosidad del reglamento prohibía sacar la hierba de La Vega hasta que los payares de las cuadras allí existentes estuvieran llenos, y sólo entonces podía bajarse el excedente a los pueblos, sin duda con la finalidad de que el ganado se mantuviera arriba y contribuyera al abonado de La Vega. Tras el verano, en que el ganado se desplazaba a diferentes mayaos como El Rasón o Les Morteres de Cuaña, el ganado entraba en Vega L.lago el 28 de septiembre en que se abría al pasto, manteniéndose hasta el 15 de octubre, para acotarse nuevamente hasta el 1 de diciembre, en que volvía a acoger el ganado hasta el 28 de febrero.
Vemos pues que, pese a superar los 900 m de altitud, La Vega funcionaba en parte como braña equinoccial y en parte como un invernal. El velar por el cumplimiento de las normas y el control del acceso del ganado a La Vega era misión de los coteros, seis personas elegidas entre los comuñeros (propietarios), que de forma rotatoria desempeñaban su cargo durante dos años. La cotería era obligatoria.
Vega L.lago reúne 13 construcciones que cuentan con espacios de cabana y esteblu, existiendo elementos más complejos que agrupan varias estancias adosadas. Incorporamos también al estudio los territorios adyacentes del lado sur, igualmente de prados de siega: Los Casarones y El Coto les Mayaes, siendo en total 21 las construcciones. Pese a su indudable interés, la mayoría de ellas ya no están en uso, son muchas las que presentan deficiente estado de conservación y ocho de ellas están en ruina, por lo que el futuro de este espacio es muy incierto.
Mayéu El Cople (Ayer)
por Ástur Paredes
Resumen
Situado en la cabecera del valle del Río Nigru, en la ladera occidental del Cordal de Murias a 1.335 m de altitud, el mayéu El Cople es una braña ayerana que perteneció tradicionalmente a los vecinos de Santibanes de Murias. Cuenta con 7,8 Ha de prados de siega, de titularidad particular, y 6 construcciones para el albergue de ganados y vaqueros. Actualmente las propiedades variaron y dos de los vaqueros proceden de Beyo, también en Ayer.
En el pasado, su uso se centraba en los meses equinocciales del año pues, en los meses centrales del período estival, el ganado se desplazaba hacia brañas más altas como Bustroso o Valverde. Vacas y cabras, se subían al mayéu con la entrada de la primavera, lo que a veces obligaba a bajar nuevamente por motivo de alguna nevada, mientras las ovejas y los cerdos lo hacían más tarde. Posteriormente, a partir del 8 de septiembre, el ganado descendía nuevamente a El Cople para aprovechar los pastos de otoño, permaneciendo en la braña hasta el mes de octubre. La principal actividad de los vaqueros era la producción de mantega, que se vendía en el mercado semanal de los viernes en Cabanaquinta. Se cataban (ordeñaban) las vacas y sólo eventualmente las cabras, cuya leche se dedicaba a alimentar a los cerdos. Otras actividad secundaria de los vaqueros era la fabricación de madreñas y garabatos (rastrillos) que tenían buena venta en «Castilla».
En la actualidad el único ganado existente en El Cople es el vacuno, con la consiguiente pérdida de espacio de pasto pues cabras y ovejas mantenían el amplio entorno de carba (monte bajo, pasto arbustivo) alrededor de la braña «como una campera». El ganado se sube a últimos de mayo —los puertos están acotados hasta el 1 de junio— y se baja, dependiendo de las condiciones climatológicas, en octubre.
Las construcciones son compactas, de planta rectangular y cubierta de l.lábanas (losas) a dos y tres aguas; acogen en su interior el portal distribuidor, la cabana o lugar habitacional del vaquero durante su estancia en la braña y el esteblu o cuadra. Sobre este último espacio se sitúa la tená o henil para la hierba seca, en el bajo cubierta.
Braña (Yananzanes, Ayer)
por Ástur Paredes
Resumen
Braña —que así, sin artículo, es como se denomina en la zona— está situada en la cabecera del valle del Río Yananzanes, afluente del Ayer, en el límite sur del concejo, al pie de la Cordillera. Se asienta en una extensa ladera orientada al sur, abarcando casi 600 m de longitud, con altitudes entre los 1.250 y 1.400 m, y ocupa una superficie de unas 15,7 Ha de pasto de diente y prados de siega. El uso de este espacio recayó tradicionalmente en los vecinos de Yananzanes, pequeña aldea integrada por 10 caserías perteneciente a la parroquia de Casomera, sumándose a éstos alguno del propio Casomera y de La Paraya.
Se trata de una braña alta, de uso estival, que se divide en dos asentamientos: el Mayéu de Baxo y el Mayéu de Riba, disponiendo de sendas fuentes naturales. El primero, situado entre los 1.275 y los 1.325 m de altitud, presenta morfología nuclear disgregada y reúne once construcciones ganaderas, de las que cinco están en ruina. El segundo, entre los 1.350 y 1.400 m de altitud, cuenta con tres cabañas de asentamiento disperso. Las construcciones son compactas y responden a dos modelos básicos: la cabana y la cabana con portal; acogiendo en su interior un espacio distribuidor, la cabana propiamente dicha o lugar habitacional del vaquero durante su estancia en la braña y el corral de los xatos (cuadra de terneros) o, en contados casos, el esteblu: cuadra que alcanza mayor desarrollo, incorporando además la tená o henil para la hierba seca en el bajo cubierta.
Los vaqueros suben el ganado a comienzos de junio, pues hasta el primero de ese mes los pastos altos están cotaos, permaneciendo en la braña hasta primeros de octubre y prolongando más o menos su estancia en función del clima. En la actualidad el ganado es exclusivamente vacuno y alguna caballería, asistiendo hasta mediados del pasado siglo la reciel.la (ovejas y cabras) e incluso en algunos casos gochos y pitas. Además de al.lindiar y despachar el ganado, la elaboración de mantega y la fabricación de madreñas eran los trabajos habituales. Especial actividad requería l’herba —Braña cuenta con 6,9 Ha de prados de siega— que se curaba y se almacenaba en varas en la propia braña, bajando una parte a las tenás del pueblo con la yunta de vacas y el forquéu (especie de trineo). Se segaba a últimos de julio o primeros de agosto, pudiendo darse otro corte, la toñá, al comenzar la seronda (otoño).
La braña tuvo gran vitalidad que se mantuvo, al menos, hasta la década de 1970. Tuvo bolera y existe la tradición de que existió una capilla en Vega la Parda, en El Mayéu de Riba. Hoy sólo tres ganaderos suben sus vacas a Braña y sus amplias praderías ya no se siegan. El camino de acceso es tortuoso y el futuro de este espacio, de excepcional calidad ambiental, es incierto.
Mayaa Prieya (Sobrescobiu)
por Ástur Paredes
Resumen
Situada en la vertiente oriental de la Xerra’l Crespón, en el límite occidental del concejo de Sobrescobiu con el de Llaviana, la Mayaa Prieya pertenece a los vecinos de Soto d’Agues. Se trata de una braña baja, con una altitud media de 879 m, que dispone de un conjunto de prados de siega de titularidad particular de unas 6 hectáreas.
Su uso se centraba en los meses equinocciales del año pues, en el período estival, el ganado se desplazaba hacia las brañas altas del monte Llaímo. Así, y siempre dependiendo de las condiciones climatológicas, a finales de marzo las vacas y las cabras se subían a Prieya, permaneciendo allí hasta el primero de junio, en que se ascendía a los pastos altos. A fines de ese mes, por San Pedro, se efectuaba la siega de los prados y se almacenaba en los heniles de la propia mayaa o bien se transportaba en carros del país hasta el pueblo. Posteriormente, en septiembre, el ganado descendía nuevamente a Prieya para aprovechar los pastos de otoño, permaneciendo en la braña hasta la llegada de las primera nieves, por lo general en el mes de noviembre.
La braña, de proporciones limitadas, cuenta con 17 construcciones repartidas entre 6 cabanas para el refugio de los vaqueros y 9 corrales. Estos últimos integran la cuadra en el piso inferior y el henil en el bajo cubierta, existiendo algunos de especial interés que incluyen además un portal de distribución y un cuarto cerrado de tabla, en un diseño que recuerda al de las casas mariñanas. Destaca en estas construcciones el trabajo de los canteros, presentando dos de ellas epígrafes con la fecha de 1862. A estas construcciones hay que añadir dos fuentes como equipamiento colectivo.
Los cambios de orientación en la explotación del ganado hacia la producción cárnica motivaron el abandono progresivo de las cabanas, pues ya no era necesario el ordeño y en consecuencia pernoctar en la brañas. Posteriormente, fue descendiendo el número de ganaderos con el consiguiente abandono de prados y corrales, hasta la actualidad en que sólo un ganadero sube a Prieya y los prados ya no se siegan. Hoy, 9 de las 17 construcciones de la mayaa están en ruina.
Brañas de Senra (Yernes y Tameza)
por Ástur Paredes
Resumen
Braña equinoccial situada al sur de Yernes, sobre los 900 metros de altitud, que reúne un conjunto de prados de siega cerrados de muro, de propiedad particular, y un amplio espacio de pasto de diente de titularidad pública. Su cercanía a Yernes, a cuyos vecinos pertenece, y su fácil acceso a través de una carretera local favorecieron la comunicación constante entre ambos espacios, al tiempo que determinaron sus condiciones de uso: la pernocta en la braña no era imprescindible por lo que sus construcciones carecen de los característicos habitáculos para los brañeiros. La cría de terneros para el mercado y la elaboración de manteiga (mantequilla) y quesos del tipo de afuega’l pitu orientaban la actividad pastoril.
Su uso se centraba en los meses equinocciales del año pues, en el período estival, el ganado se desplazaba hacia espacios de pasto a mayor altitud como La Folichega, Fancuaya y Cuallagar. A las Brañas de Senra se llevaban vacas y caballos. Las vacas subían en el mes de marzo, primero las escosas (vacas que no dan leche) y más tarde las paridas con sus crías, y permanecían en la braña hasta últimos de mayo en que se trasladaban a los pastos altos. En julio, la braña estaba en plena actividad durante el periodo de siega en el que participaba toda la familia. La hierba seca se conservaba en los pajares y cuando su capacidad no era suficiente se almacenaba en varas. Posteriormente, en el mes de septiembre, el ganado volvía a Senra para el pasto de otoño, permaneciendo en la braña hasta que llegaban las primeras nieves. Si el clima no era muy duro, el ganado podía estabularse en la propia braña hasta entrado diciembre.
La braña reúne 15 construcciones ganaderas con la corte o cuadra en la planta inferior y el henil en el bajo cubierta. Algunas incorporan además un portal de acceso, destacando por su cuidada cantería. Las cubiertas son de teja y excepto una, que está en ruina, mantienen todas buen estado de conservación. A éstas hay que sumar un pequeño hórreo, de construcción reciente, y un abrevadero como equipamiento colectivo. Las cabañas, vinculadas a prados de formas orgánicas, redondeadas, con sus viales intermedios, conforman una trama alveolar muy característica que parece sugerir una génesis basada en la aprehensión individualizada de parcelas de monte. Precisamente esa organización del espacio distribuido en parcelas es lo que define el topónimo, de origen céltico, Senra.
La H.elguera (Cabrales)
por Ástur Paredes
Resumen
Enclavada en un espectacular paisaje, La H.elguera es un invernal en el sur del concejo de Cabrales, situada sobre los 1.100 m de altitud, en un estrecho valle encajado entre Peña Maín, al norte, y Los Urrieles al sur, que vierte aguas hacia el oeste, al río Bulnes. Tiene forma elipsoide, definida por dos riegas que delimitan su perimetro: La Riega la H.elguera, por el norte y La Riega’l Caxigu por el sur. Su superficie es de continuada pendiente, que va descendiendo de este a oeste desde los 1.170 m en el Colláu H.elguera, hasta los 1.025 en La Cargüeza.
Reúne en total unas 28 Ha de superficie, que estaban divididas en numerosas h.azas (parcelas) de propiedad particular, dedicadas tradicionalmente a prados de siega. Además, en cada propiedad, una pequeña parte se dedicaba a huerto de patatas. Las h.azas se señalaban con algunas estacas espaciadas bajo las cuales se ponía una piedra, que servía de mojón cuando se derrompían los prados y se dedicaban al pasto. Para salvaguardar la producción de heno, La H.elguera quedaba cotada al ganado el 1 de abril. En el mes de julio se segaba y la hierba seca quedaba almacenada en los h.enales. En octubre se volvía a segar la toñada y sólo a partir del 1 de noviembre entraba el ganado en los prados que quedaban abiertos al pasto, permaneciendo las vacas en La H.elguera durante todo el invierno. Actualmente las prácticas tradicionales han desaparecido y los terrenos son aprovechados parcialmente para pasto de diente.
La estancia en La H.elguera era itinerante. Por el mes de julio familias enteras acudían a La H.elguera para la temporada de hierba, que en mucha menor medida se repetía en octubre si había toñada. Cuando se descotaba el 1 de noviembre, se derrompían los prados (se abrían al pasto) y se trasladaban las vacas a las cortes (cuadras) del invernal para pasar parte del otoño y el invierno, alimentándose con el pasto y el heno almacenado en los h.enales. Durante ese tiempo los pastores subían diariamente —muchas veces con nieve— para mecer (ordeñar) y atender el ganado, pero no pernoctaban en el invernal a no ser que hubiera alguna incidencia (animal enfermo, parto de alguna vaca). Después de mecer (ordeñar) se bajaba al pueblo con la llechi en los vixigos (odres) para el consumo propio y para la fabricación de manteca, pues el quesu —actividad primordial en la economía de la zona—, se hacía en el verano en los puertos. En febrero, en la temporada que iban a parir, se subían también a La H.elguera las oveyas.
En La H.elguera se conservan 25 construcciones para uso ganadero, muchas de ellas en ruina, que se reparten entre cortes con h.enal (cuadra con pajar), cabañas y bodegas. Las primeras, conocidas como «casas»: La Casa Teyada, Casa los Xastres, Casa los Lobos… —quizá por la denominación de casa-ganáu que reciben las cuadras en algunos concejos del oriente de Asturias— son la abrumadora mayoría. Tienen planta rectangular y cubierta de teja del país a dos aguas y presentan interesantes estructuras de cubierta que emplean un arcaico sistema de pies derechos ahorquillados. Las cabañas o espacio vividero del pastor, son pequeñas construcciones de planta cuadrada y cubierta a un agua que lamentablemente ya están en ruina, al igual que las bodegas, pequeñas construcciones para secar el queso, de las que había dos en La H.elguera.
Argandobín (Cabrales)
por Ástur Paredes
Resumen
Argandobín se sitúa en la parte sur del concejo de Cabrales, en el sector occidental de los altos de Maín, a 1.440 m de altitud y pertenece a Tielve. Se trata de una mayada alta, de uso estival que, al igual que las otras de Peña Maín, aprovecha una pequeña vega perdida entre un mar de peña caliza.
Tradicionalmente sólo cuatro familias se trasladaban a Argandobín. Subían desde las camperas de Vierru, por el tiempo de San Juan, a finales de junio. Los invernales de Vierru, en la ladera norte de Maín, en torno a los 1.000 m de altitud, donde el ganado permanecía hasta esas fechas, funcionaban como braña equinoccial hasta que éste se desplazaba a las mayadas altas. Según viniera el tiempo atmosférico, primero subían las cabras, que incluso lo hacían solas, posteriormente las ovejas y por último las vacas. El objetivo del verano era la producción de queso, que se elaboraba en Argandobín, pues además de los buenos pastos disponía de un torcu (cueva) para su secado. Por otro lado la necesidad de atender las praderías de siega de Vierru o subir la leche de las vacas a Argandobín obligaba, en algunas épocas, a un trasiego constante entre uno y otro asentamiento. Acabada la hierba, cuando se estabilizaba la estancia arriba, se subían los cochos (cerdos) y las pitas (gallinas). El simple desplazamiento ya nos parece hoy heroico, pues la senda es larga, dificultosa y a veces ausente. Los pastores —hombres y mujeres, acompañados de algún niño— permanecían de continuo en la mayada hasta mediados de septiembre. Cada cuatro o cinco días alguien bajaba al pueblo en una caballería o alguien subía, para gestionar las necesidades de avituallamiento; y aquí, tenemos que incluir también eventualmente el agua, pues arriba era en ocasiones muy escasa.
Argandobín es un ejemplo muy representativo de las mayadas altas cabraliegas de Los Puertos. Reúne once construcciones —de las que cuatro están hoy en ruina total—, que reflejan la tipología de estos asentamientos: cuerres o rediles para encerrar el ganado; vellares, construcciones de planta redondeada y cubierta abovedada; y cabañas de diferentes facturas: construcciones compactas que aúnan el espacio habitacional de los pastores y la corte o cuadra para los animales, construidas a mataturriu (en talud) y cubiertas con teja del país a una o dos vertientes.
Las cuatro familias, quizá cinco en una época de la que no queda recuerdo, quedaron reducidas ya a tres en 1960 y Argandobín perdió finalmente su actividad a finales de los 90. Hoy camina hacia su inexorable ruina, como el resto de mayadas de Maín: La Sotarraña, Gorosea, L’Albeda, La Poza y H.ucarrera que serán en pocas décadas pura arqueología.
Mayada Ondón (Cabrales)
por Ástur Paredes
Resumen
Situada en la ladera sur de El Cuetón (1.651 m), en una hombrera asomada a una pendiente vertiginosa sobre el Cares, al oeste de Camarmeña a cuya localidad pertenece, Ondón (1.330 m) es una mayada alta de uso estival que junto con Pregüeles, Piemba, Vallesondi, Praón y La Cueva l’Hedráu conforman El Puertu de Camarmeña. Las primeras Ordenanzas escritas que atañen a Ondón datan de 1755 y 1780 y salvaguardaban las pasturas limitando la construcción de cabañas a la zona de El Paré Ondón, por lo que la mayada actual se iría desarrollando a partir del siglo XIX.
Seis o siete familias ocupaban la mayada. Dos pastores por lo general por cada casa, acompañados de algún niño, subían a últimos de mayo o primeros de junio con todo su ganado: rebaños de ovejas y cabras y algunas vacas, además de los cerdos y las gallinas. La elaboración del queso era su ocupación principal durante todo el verano, lo que exigía un duro trabajo atendiendo el ganado, meciendo (ordeñando) al amanecer y al atardecer de cada día, procesando y cuajando la leche, elaborando y secando los quesos y transportándolos a madurar al torcu o cueva; además de un cúmulo de tareas domésticas complicadas en aquellas alturas, como puede ser simplemente el abastecimiento de agua o la consecución de leña. El ritmo de trabajo disminuía de forma notable hacia mediados de agosto, cuando el ganado menudo escosaba (dejaba de dar leche) y ya no requería ordeño. Los pastores permanecían en la mayada el mayor tiempo posible, pues los invernales de abajo —Torbanes, Bárcena, La Canal, El Paré Rexes—, eran limitados hasta el punto de que algunos pastores debían alojar sus ganados en lugares alejados como La H.elguera de Bulnes o incluso adquirir heniles enteros en otros pueblos del concejo para alimentar su ganado. Finalmente descendían de la majada a últimos de septiembre, con la llegada del otoño, o si el clima era benigno prolongaban su estancia hasta el día del Pilar, dejando con frecuencia aún arriba la reciella (cabras y ovejas) hasta que la nieve cubría, pues el ganado sabía buscar lo terreñu (el terreno resguardado).
Ondón es un buen ejemplo de las mayadas altas cabraliegas de Los Puertos (parroquias de Bulnes, Sotres y Tielve). Reúne trece construcciones —de las que cinco están en proceso de ruina— que muestran la tipología de estos asentamientos: cuerres o rediles para encerrar el ganado; vellares, construcciones de planta redondeada y cubierta abovedada; cabaños, pequeñas construcciones de variada morfología utilizadas para el secado de los quesos; y cabañas: construcciones compactas construidas a mataturriu (en talud), distribuidas en dos alturas, que aúnan el espacio habitacional de los pastores y la corte o cuadra para los animales, y cubiertas con teja del país a dos vertientes. Ondón dispone además como equipamiento colectivo de una fuente-abrevadero y de un torcu o cueva para la maduración del quesu en Las Conchas de Cuapozu, paraje próximo al norte de la mayada.
Los usos ancestrales perduraron aquí hasta 1992 en que la última pastora dejó de cuayar en Puertu, abandonando la producción artesanal del queso. Actualmente las vacas casinas y algunas caballerías siguen subiendo a Ondón, pero el pastoreo tradicional se puede dar ya por extinguido.
Cananda (Cabrales)
por Ástur Paredes
Resumen
La mayada de Cananda está situada al pie de La Sierra Dobros, en su vertiente sur, y pertenece a Po. Ocupa el sector alto de una canal de unos 2,6 Km de fuerte pendiente sobre El Ríu Cares y se divide en dos espacios claramente diferenciados: en la zona alta, La Maneda, sobre los 900-1.000 m de altitud, que agrupa unas pocas construcciones; y a unos 200 metros menos de nivel, los farallones verticales de caliza de El Paré Cananda, cuyos abrigos fueron utilizados por los pastores para instalar sus refugios.
Aquí radica quizá el máximo interés de esta braña, pues en el paré subsisten pequeñas estructuras de madera conocidas como veros, que arrimados a las paredes de la peña, buscando techo en sus cavidades, cumplían la función tanto de refugio nocturno de cabritos y corderos, separándolos de sus madres y evitando que mamaran para administrar la producción láctea, como de cama para el pastor. En efecto, estas estructuras a modo de cajones apoyados en pies derechos y levantados sobre el suelo, se cerraban por arriba con tablas horizontales conformando una plataforma que con un mullíu (a modo de colchón) de cerru (tipo de hierba ancha que crece en la peña) o toñada aneyu (hierba de otoño vieja y seca, para que no tenga pulgas) constituían antaño el lecho del pastor. Lamentablemente sólo tres ejemplares se mantienen en pie, y con seguridad del tipo más sencillo, pues los pastores describen el del abrigo de La Toya Comarceli ya desaparecido, en esta misma mayada, como «dignu de ver» con sus dos pisos y una cabida para más de cien corderos.
Unas seis o siete familias pastoreaban sus rebaños de cabras y ovejas en Cananda, con más de 14 Ha potenciales de pasto de diente. Braña primaliega, pues su uso se limitaba a la primavera: los pastores subían aquí por San José (19 de marzo), permaneciendo hasta San Juan (23 de junio), cuando se trasladaban con sus ganados a los puertos y mayadas altas de Dubriellos, Ostandi y Vallisondi. Su estancia en la braña era intermitente, subiendo por la tarde para mecer (ordeñar) y recoger el ganado, pernoctando en la braña y tras el ordeño al alba bajar al pueblo con la leche recolectada en los vexigos (odres). La producción de mantega era el objetivo en este tiempo, hasta que las vacas subían a los puertos altos; entonces la leche recolectada aquí se llevaba a los puertos y mayadas altas que era donde se elaboraba el quesu Cabrales. En el tardíu (otoño) ya no se paraba en Cananda, sino que se bajaba directamente a los invernales en el entorno del pueblo. La mayada estuvo activa hasta mediados de la década de 1980. Hoy abandonada, conserva tan solo ocho construcciones ganaderas: cabañas, veros y cuerres, algunas de ellas ya en ruina y como la gran mayoría de las brañas asturianas camina inexorablemente hacia el silencio.
Adiós Paré de Cananda,
adiós La Pipa y Los Veros,
adiós Piedra Llana hermosa,
donde llevaban mis sueños.
La Piedra l’Osu (Valle Altu de Peñamellera)
por Ástur Paredes
Resumen
La Piedra l’Osu, conocida así por la forma de una peña en sus inmediaciones, se sitúa en la ladera sur de La Sierra de Cuera, en una vega amesetada sobre el valle del Ríu H.ana y pertenece a la parroquia de Rozagás, en El Valle Altu de Peñamellera.
Situada sobre los 1.100 m de altitud, tenía amplia ocupación a lo largo del año, trasladándose escalonadamente pastores y ganado —vacas, oveyas, cabras y cochos— y habitando la mayada entre los meses de abril a octubre. La elaboración de manteca y especialmente el quesu era el objetivo fundamental del trabajo en la braña. Entre 7 y 12 vacas (pardo alpinas, asturianas y pintas) —sin contar las escosas y las pelgas— y entre 30-60 ovejas y algunas cabras, por cada familia, se mecían (ordeñaban) dos veces al día, al amanecer y al atardecer, para la producción de dos tipos de quesos: uno básicamente de leche de oveja, semejante al actual conocido como Peñamellera, y otro denominado picón, elaborado con mezcla de leches (sin porcentaje preciso y según la producción) que, una vez seco, se sometía a un proceso de maduración en cueva. Este proceso era de un mínimo de tres meses y tenía lugar en dos cuevas en el entorno de la mayada: La Cueva las Güelgas, cerca de Riaña y Treslah.aya, en las inmediaciones de La Vega Torbina. El quesu picón, dependiendo del grado de maduración (podía mantenerse en la cueva hasta casi un año), se vendía como Camonéu o como Cabrales.
La Piedra l’Osu es un buen ejemplo de la revitalización de la sociedad tradicional durante la Autarquía. Las 29 construcciones existentes en la mayada, excepto tres pequeñas cabañas que eran de uso comunal, fueron levantadas en su totalidad a principios de la década de 1940. Además de 12 pozos o aljibes —tipología muy particular de esta braña—, que almacenaban la nieve y el agua de lluvia, paliando la escasez del estío en la ladera sur de Cuera. Sin duda esta actividad constructiva se produjo a costa de La Vega Torbina, mayada perteneciente también a Rozagás, situada más al norte, que quedó abandonada, conservándose hoy tan solo una cabaña en pie. Es llamativa —y quizá también producto de la época— la escasa calidad del trabajo de la piedra en las construcciones de la braña, obra de la ayuda mutua y de canteros locales.
Cabañas, vellares, cubiles y cuerres son los distintos tipos de construcciones presentes en la mayada. Lamentablemente de los dos últimos no se conservan elementos íntegros; aunque sí contamos con ejemplos de cabañas y vellares: son construcciones muy sencillas, de diseño homogéneo, de planta rectangular y cubierta de teya del país a un agua, estructurada sobre correas. Las cabañas se asientan a contraturria (en talud) desarrollando dos niveles: el espacio vividero del pastor en la planta superior y el vellar o cuadra en el inferior. Hoy sólo tres familias suben ganado. Algunas cabañas fueron rehabilitadas y la mayoría de las construcciones continúan su proceso de ruina.